Nelin es un concepto de vino blanco de almas gemelas. Representa el equilibrio entre lo femenino y lo masculino en el esplendor de la juventud. Es la armonía de terruño del Priorato para una cocina catalana en su apogeo. Un gran periodista catalán contemporáneo ha dicho: En nuestros días, Catalunya es conocida por algunos grandes cocineros y por los vinos del Priorato.
Es por tanto difícil para nuestros vinos tintos, tan ricos y potentes, poder ser el complemento ideal para esta nueva cocina de autor. Y es por ello que Nelin espera ser su compañero más adecuado.
Una base de garnacha blanca evoca las colinas onduladas bajo un sol impenitente, salpicadas de aquellas sensaciones de especias y de membrillo que la pizarra de su suelo condimenta con notas minerales.
El macabeu, maravillosamente adaptado, dibuja los arroyos que serpentean en las colinas. Esta nota de frescor envuelta en flor de azahar se acerca a nuestra tierra para atenuar la aridez de una mineralidad exquisita.
El viognier suaviza este paisaje en formas dulces y tiernas que otorgan al vino un aspecto único. Diplomático y un poco exótico, une y consolida las otras variedades con sus notas de frutas carnosas y sutiles.
Todo ello con un matiz insólito, extraño al terruño, que viene del escanyavelles. La estructura en conjunto da futuro a nuestro vino gracias a sus taninos y su acidez. Este extraño ancestro, sin traicionar a su terruño, ofrece a Nelin la poción de una larga vida.
Este año las levaduras autóctonas fueron algo más perezosas, las fermentaciones fueron más lentas que en otros años, algunas hasta seis meses.
Los vinos se criaron en depósitos grandes, 1.200 litros de madera y 600 litros en hormigón. En total y por primera vez Nelin se embotelló después de 16 meses.
Con Nelin 2011, hemos buscado obtener más complejidad en su juventud y a la vez tener más estabilidad para poder envejecer mejor.
Creo que este año hemos dado un paso adelante para conseguir un gran vino blanco de guarda en la tipicidad mediterránea.