La recepción de las olivas se realiza en cajas con capacidad de 20 kg. para cuidar al máximo la calidad del fruto durante su transporte desde la finca hasta el molino. El tiempo de espera desde la recolección hasta el procesamiento de la oliva no supera nunca las 8 horas, hecho que garantiza un aceite de mayor calidad.
Una vez que las olivas son seleccionadas por variedades, se colocan en una pequeña tolva, aún mezcladas con hojas, ramas y alguna otra materia orgánica.
Seguidamente pasan a la máquina de aire. La fuerza del ventilador elimina todas las partículas extrañas que puedan alterar la producción del aceite. A continuación, las olivas circulan por un pequeño canal donde se eliminan con agua pulverizada los restos de tierra que pueda quedar entre ellas y de ahí van directamente a la molienda.
En el molino de martillos las olivas son molidas y trituradas. De esta fase se obtiene una pasta que contiene el hueso, la pulpa y la piel de la oliva que es directamente tratada en la batidora iniciándose el proceso llamado de “batido”. Es aquí donde se efectúa la extracción del aceite a una temperatura de entre 23 y 25ºC, mientras se remueve la pasta durante unos 45 minutos. Inmediatamente podemos ver cómo el aceite flota por encima de la pasta, lo que indica una buena extracción.
Una vez finalizado el proceso de batido se inicia la decantación del aceite. Mediante una centrifugación se separa el aceite de la pasta y del agua de vegetación. En esta última etapa el aceite todavía contiene impurezas como pueden ser restos de agua o de materia vegetal que hay que eliminar para que el producto quede lo más limpio posible.
Para eliminar el resto de impurezas se vierte el aceite en un decantador. De manera natural el aceite flota por densidad al cabo de 24h, mientras que las impurezas, por su mayor peso específico, se depositan en el fondo del depósito cónico donde son sangradas a través de un grifo. A partir de aquí el aceite se filtra en sucesivos depósitos donde al cabo de 15 días se elimina definitivamente cualquier tipo de impureza que pueda comprometer su calidad en un futuro. Seguidamente se puede envasar.