El reconocimiento de los terruños del Priorat han dado paso a la creación de los nuevos "vinos de la villa" Gratallops, al igual que en Borgoña, Francia. El prestigio de esta zona no tiene límites, y Manyetes no puede escapar a esta denominación.
Manyetes es el nombre de un paraje de Gratallops. Una parte especialmente pobre de su terruño, demasiado soleado y expuesto a una gran sequedad. Prácticamente al límite de la supervivencia. Un desafío apasionante, ya que bajo estas condiciones casi desérticas se concentran las esencias principales del Priorat.
En una esquina cercana a la asfixia, resiste un antiguo vertiente, árido e inclinado, recubierto de pizarras y plantado de cariñena. Una mezcla emotiva en un lugar incomparable. Hemos querido aportar un toque de feminidad con la garnacha.
Hoy el paisaje recompensa el esfuerzo y reconcilia el paraje con sus visitantes. Sólo la influencia del Ebro, que se adivina en el horizonte, le otorga de vez en cuando, una mínima expresión de humedad que permite la supervivencia de su vegetación. El resultado es un vino sorprendente. La cariñena y la garnacha se conjugan en el terruño para producir un vino mineral, femenino, agradable, sutil, que me ha robado el corazón.
Manyetes es el nombre de un paraje de Gratallops. Una parte especialmente pobre de su terruño, demasiado soleado y expuesto a una gran sequedad. Prácticamente al límite de supervivencia de la vid.
Un desafío apasionante, ya que bajo estas condiciones casi desérticas, las esencias principales del Priorato se concentran.
En una esquina cercana a la asfixia, resiste una vieja ladera, árida e inclinada, recubierta de pizarras plantada de cariñena. Una mezcla emotiva en un lugar incomparable. Hemos querido aportarle un toque de feminidad con un 10% de garnacha.
Hoy el paisaje recompensa el esfuerzo y reconcilia el paraje con sus visitantes. Tan solo la influencia del Ebro, que se adivina en el horizonte, le otorga de vez en cuando, una mínima expresión de humedad que permite la supervivencia de su vegetación.
El resultado es un vino sorprendente. La cariñena y la garnacha conjugan con el terruño para producir un vino mineral, femenino, agradable, sutil que me ha robado el corazón.
Su color rojo intenso lleno de matices violáceos es el claro reflejo de su actual juventud.
Su aroma es profundo y envolvente. Inicialmente nos evoca notas de frutas negras (moras) y rojas (grosellas). Poco a poco, a medida que se abre, aparecen aromas balsámicos rodeados de un fondo mineral que nos recuerda claramente la pizarra en la que nace.
En boca se muestra estructurado, goloso y lleno de fruta. Su tanino muy maduro acaricia el paladar y lo satura de sensaciones interesantes. Su equilibrada acidez refresca su largo final y nos invita a repetir la experiencia. Un magnífico vino que mejorará durante los próximos 10 años.
Fernando Zamora Marín
Profesor Titular de la Facultad de Enología de Tarragona
Universidad Rovira i Virgili